viernes, 20 de noviembre de 2009

La crisis de los polinizadores.

Por: María Del Coro Arizmendi.
BOLETIN BIMESTRAL DE LA COMISIÓN NACIONAL PARA EL CONOCIMIENTO Y EL USO DE LA BIODIVERSIDAD.

Vibora de 4 narices.

Vibora de 4 narices.
Quiza, el personaje más peligroso y agresivo de la Reserva de la Biósfera El Cielo, en Tamaulipas, México.

Ultimo amanecer en Colola, Michoacán en nuestra segunda expedición.

Ultimo amanecer

Esa mañana era especial en la expedición a Colola, Michoacán. Era el último día de la expedición, al atardecer retomaríamos la carretera que nos llevaría de regreso a Lazaro Cárdenas y de ahí a Morelia. Fue fácil levantarse, revizar nuestro equipo de fotografía y video y estar listos para el programa del día. Siendo 4 en la producción, nos dividimos en dos grupos. Alba e Izaaq navegarían en lancha en busca de tortugas, mientras que Elí y yo recorreríamos la playa en dirección sur, hacia el pueblo, en cacería de imágenes y de Don Guille para hacerle una entrevista respecto a su experiencia como el tortuguero más veterano de la comunidad indígena de Colola.



La primera imágen que secuestró nuestra atención por varios minutos fue el amanecer. No es que en composición de imágen fuera realmente especial, sino, más bien, que tiendo a registrar siempre los amaneceres de todos aquellos lugares que visito, es un honroso ritual.



A lo lejos, antes de bajar de nuestra habitación, en el segundo piso de una de las pocas cabañas que hay en el centro ecoturístico de Colola, pude ver un grupo de personas que pescaban, al parecer, usando botes de PET y unos hilos. "Allá está la acción", pensé. Al momento nos encontrábamos Elí y yo sobre la arena fabricando encuadres mientras nos acercábamos a aquél grupo de locales. Habíamos caminado algunos 20 0 30 metros cuando nos encontramos con el cuerpo de una tortuga golfina y parecía tener ya uno o dos días ahí bajo el sol. El olor era insoportable a varios metros.



Para ese día ya habíamos sabido sobre algunas tortugas que habían amanecido muertas en la playa, pero no nos había parecido alarmante, "algún depredador natural debío haber sido", pensamos. Seguíamos concentrados en las entrevistas y en captar la condición de vida de las personas en Colola, y esque, ese día era Día de Muertos y estábamos seguros que en el centro del pueblo acontecían cosas que era imperativo precenciar.



Como fotógrafo, uno no piensa en las fotografías como trofeos dignos de reconocimiento, sino, más bien, buscas compartir aquello que en aquél momento y en aquél lugar fue tan especial y digno de documentar para comunicarlo a los demás.

La biodiversidad NO nos pertenece.

La biodiversidad NO nos pertenece.
Se extiende por todo el planeta, delimitando lo que muchos seres humanos creen erróneamente les pertenece. Ni la tierra, ni el aire, ni el agua, ni los olores, ni la lluvia, ni los animales ni nada le pertenece al hombre. Somos sólo humildes seres de luz y de conciencia que hemos venido a servir a nuestros hermanos en esta maravillosa experiencia divina que le llaman "vida" o "existencia" para honrar al Sol, nuestra fuente más grande de energía.